Paola Noriega*
Constantemente el ser humano se enfrenta a cambios y nuevos desafíos. Muchos podrán verlos como generadores de nuevas oportunidades, otros simplemente se resistirán a los mismos hasta el momento en que un acontecimiento « normalmente doloroso e inesperado» los obligue a descruzar las manos, dejar el miedo de lado y hacer uso no sólo de las inmensas capacidades de adaptación que nos caracterizan, sino también de los maravillosos instrumentos que se han ido desarrollando para tener un mayor control de nuestras vidas y prepararnos para aquello sobre lo cual no podemos interferir (como la muerte de un ser querido, una enfermedad, un accidente, una tragedia, etc.) no signifique el adiós a todos nuestros sueños o peor aún, a los sueños de toda una familia.
-financiar la educación de nuestros hijos
-reducir impuestos
-administrar deudas
-proporcionarse una cobertura de seguro adecuada
-ahorrar para la jubilación
-decidir cómo y dónde invertir
-hacer el testamento
-redactar un mandato de inaptitud
Todos estos son puntos importantes a contemplar en un plan financiero y dos condiciones indispensables que garantizarán su éxito:
La segunda, la acción: son nuestros sueños los que nos mantienen vivos, los que nos motivan y en ellos encontramos nuestras mayores satisfacciones cuando los vemos hacerse realidad.
Paola Noriega
Consejera en seguridad financiera
Representante en ahorro colectivo